Iniciar el cambio en 4 pasos
Iniciar el cambio es algo que a nuestro el cerebro no les gusta nada. Se conforma con la rutina porque así se queda en lo conocido y por lo tanto es tranquilizador. Incluso una situación incómoda con la que hemos aprendido a vivir es mejor que lo desconocido.
Con el cambio el cerebro entra en la incertidumbre con lo cuál, para el, significa que nos exponemos a peligros potenciales. ¿Y si el cambio nos expone a una situación aún peor que la actual? ¿Seguiré siendo socialmente aceptado? ¿Qué dirá la gente de mí si ya no hago lo que se espera de mí? Aquí son algunos ejemplos de preguntas que hace nuestro inconsciente y es muy buena cosa empezar a tomar conciencia de ellas.
Detente y piensa en lo que quieres (no en lo que los demás quieren que seas)
Tómate un momento para hacer un balance, hazte preguntas sobre el estado actual de tu situación y responda con honestidad. Obviamente no tienes que cuestionar todo el primer día, pero puedes empezar con un tema en particular: tu trabajo, tu relación familiar, tus relaciones sociales, tu relación, tu relación con tus hijos… En definitiva, céntrate en lo primero que te venga a la mente o quizás en el que te parezca más fácil para iniciar el cambio y luego progresar in crescendo.
Ahora que tienes tu tema, piensa en lo que te gusta, lo que te gusta menos y lo que no te gusta en absoluto. Es importante que realmente venga de ti y no de lo que crees que a los demás les gustaría o disgustaría. Menos aún de lo que se ha esperado de ti desde tu más tierna infancia. Estás cara a cara contigo mismo y solo contigo.
¡Felicidades, has hecho la parte la mas difícil! Es hora de definir realmente lo que quieres. Ahora sabes lo que te gusta y lo que te gusta menos o nada. Por lo tanto, es mucho más fácil definir lo que deseas en función de esta observación.
Tomar distancia frente a un problema.
Cuando tienes la cabeza en el manillar, solo ves el manillar. Tomar cierta distancia frente a un problema te permite tener una visión más global de la situación. Te sales así de lo emocional para ser más racional.
Cuando un amigo te habla, lleno de emoción, de una situación que le hace sufrir, tienes la capacidad de hacerle preguntas para tener una visión más amplia de esa situación y así buscar una solución Este contratiempo es posible porque no estás abrumado por las emociones. Es tu mente racional la que está en acción. Quizás incluso para tí la solución parezca obvia y simple de implementar. Tu amigo te agradece haber encontrado la solución a un problema que para él era inextricable 5 minutos antes, o mejor aún, él mismo encontró la solución porque tus preguntas le permitieron dar un paso atrás.
Bueno, eso es lo que nos pasa a todos cuando nos vemos directamente afectados por una situación que desata nuestras emociones. Rumiamos, gemimos, gritamos, lloramos pero no racionalizamos. Por lo tanto, podemos ir a ver a una tercera persona neutral y competente para desenredar el saco de nudos o incluso escribir una carta que luego leemos como si viniera de un amigo o familiar. En definitiva, tomamos distancia emocional para poder pensar con calma.
Inicie el cambio preparándose.
Ahora tienes una visión más clara de lo que quiere y qué barreras debe superar. Es hora de embarcarse en esta nueva aventura. Pero como todo buen aventurero, necesitas un plan de ruta, equipaje y herramientas adecuadas.
Es posible que necesites algo de tiempo de observación para ver cómo otras personas han hecho lo que quiere hacer y seguir su estrategia. ¿Es necesario seguir un curso de formación para completar tu conocimientos? ¿Necesitas invertir en material?
Todos estos puntos son importantes, pero lo que acelerará tu éxito al iniciar el cambio es el apoyo. Puede tomar muchas formas: un entrenador, un profesional, tu compañero de vida que quiere ver este cambio suceder, un amigo que también tiene una meta, un grupo de apoyo… La lista solo está limitada por tu imaginación.
Iniciar un cambio requiere… ¡Actuar!
Cualquiera decision que tomas, lo más importante es actuar. A menudo sucede que retrasamos la acción al querer que todo sea perfecto primero. Es cierto que no te embarcas en un proyecto sin un mínimo de preparación, pero esperar a alcanzar la perfección suele ser contraproducente.
Especialmente cuando todo lo que nos rodea cambia. De hecho, todo está en constante evolución, desde la célula más pequeña de nuestro cuerpo hasta la inmensidad del cosmos. Así que puedes dar el paso incluso si no te sientes 100 % listo y que solo el 50 % de las estrellas están alineadas (mañana pueden estar solo el 20 %). Seguramente habrá que hacer ajustes a lo largo del camino, pero como dijo tan acertadamente Thomas Edison: «No fallé, simplemente descubrí 10 000 soluciones que no funcionan».
Conclusión
Los 4 pasos principales para iniciar el cambio son, por lo tanto, tomarse el tiempo para reflexionar, dar un paso atrás en frente al problema, prepararse y seguir adelante, actuar. Obviamente, hay muchos otros pasos que te permiten avanzar, como: cuidar de tu entorno, ofrecerte empatía cuando fallas o cuando te desvías, la autoevaluación y escuchar los comentarios de los demás…
Pero, sobre todo, sé fiel a ti mismo y adáptate para hacer lo que te funcione a ti. Además, puedes escribir en los comentarios lo que funciona para ti cuando inicias un cambio y así inspirar a los demás.
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