3 beneficios para la salud que te harán adoptar las verduras fermentadas
Las verduras fermentadas existen desde miles de años, y la lacto-fermentación es una aliada para nuestra salud. Además de deliciosas, son fáciles de digerir, ricas en nutrientes y excelentes para la microbiota intestinal. Entonces, ¿por qué esperar más para introducirlas en tu dieta?
Las verduras fermentadas son fáciles de digerir.
El principio de la lacto-fermentación se basa en realidad en el cultivo de bacterias del ácido láctico. Estos se desarrollan rápidamente y “pre-digieren” las fibras de los vegetales lo que los hace mucho más digeribles que su versión cruda. El almidón se transforma en azúcares de fácil asimilación, las grasas en ácidos grasos y las proteínas en aminoácidos. Las fibras insolubles también se degradan parcialmente.
Por lo tanto, es un aliado de primera elección para todos aquellos que sufren trastornos digestivos como hinchazón, estreñimiento o incluso síndrome del intestino irritable (SII). De hecho, en lugar de tener el proceso de fermentación en el intestino que causa la hinchazón, lo hacemos en un frasco 😉.
El consumo regular de verduras fermentadas, por lo tanto, no solo ayuda a la digestión a diario, sino que también alivia a las personas con intestinos sensibles. Puede volver a introducir fácilmente alimentos como el repollo y la mayoría de las verduras crudas en sus platos gracias a la lactofermentación.
Las verduras lactofermentadas enriquecen nuestra microbiota intestinal.
Como vimos anteriormente, la fermentación es una verdadera cría de bacterias. ¿Pero no es eso peligroso? Cuando hablamos de bacterias solemos pensar en intoxicaciones alimentarias o enfermedades.
Sin embargo, las bacterias del ácido láctico no son una de estas últimas. Incluso son una protección contra ciertos patógenos responsables de las intoxicaciones alimentarias. Producen bacteriocinas (como lactobacillus) que tienen actividad inhibitoria contra bacterias dañinas.
Las industrias farmacéutica y alimentaria están muy interesadas en las bacteriocinas. Representan una solución a la resistencia a los antibióticos porque su modo de acción es diferente. Sin embargo, el consumo habitual de verduras lactofermentadas es ya un aporte diario de probióticos y prebióticos que ayuda a equilibrar la microbiota intestinal.
La fermentación láctica enriquece tu plato con nutrientes
Verduras fermentadas son más ricas en nutrientes que sus contrapartes no fermentadas. Suena increíble pero, sin embargo, gracias a la acción de los microorganismos, las vitaminas y las enzimas no solo están mucho más presentes sino que son más fácilmente asimilables por nuestro organismo.
Entre las vitaminas que se sintetizan por fermentación encontramos las vitaminas C, K, PP y la gran familia de vitaminas B. La vitamina B12 se puede sintetizar durante el proceso de fermentación, sin embargo esto no siempre está garantizado en cantidades suficientes.
Pero más allá de la cantidad de vitamina B12 ingerida, también está la capacidad de cada individuo para poder asimilarla así como todos los demás nutrientes. Sin embargo, para una buena asimilación se necesita un sistema digestivo sano y esto requiere principalmente una microbiota intestinal equilibrada. El consumo regular de verduras lactofermentadas te permite ir rápidamente en esta dirección. Así que date un capricho variando los placeres.
¿Cuál es tu verdura fermentada favorita?
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