Placer retrasado Vs placer inmediato
Placer retrasado y la “Prueba del malvavisco”
En este experimento, desarrollado por Walter Mischel en la década de 1970, se les dice a los niños pequeños que pueden comer el malvavisco que está en su plato pero, si esperan 15 minutos para el regreso del adulto entonces tendrán… dos malvaviscos. Las estrategias implementadas por algunos niños para evitar comer los dulces son impresionantes, pero el resto del estudio lo es aún más.
La psicóloga ha seguido a estos niños durante tres décadas y observa que aquellos que han aplazado su placer por un mayor placer futuro perseveran más en sus objetivos a largo plazo, los alcanzan más a menudo, persiguen estudios más largos, menos consumo de drogas duras, tienen una constitución más equilibrada. En resumen, tienen más éxito y parecen más felices gracias a un mejor autocontrol.
Placer retrasado para adultos, ¿es demasiado tarde?
El primer punto es que si estás leyendo este artículo y tienes más de 4 años, ¡no todo está perdido! Este estudio es incluso una gran alegría para todos, porque no todo depende de nuestra capacidad intelectual innata. Parece que algunos niños que retrasaron los placeres tenían un coeficiente intelectual más bajo que otros que eligieron los placeres inmediatos. De hecho, es un proceso de aprendizaje y, gracias a la plasticidad neuronal, podemos aprender a cualquier edad. ¡Uf!
Entonces no se trata de posponer todos los placeres sino aquellos que creemos no nos favorecen a largo plazo. No retrasemos todos los placeres, esto nos privaría de saborear el momento presente, sería un lastre de frustraciones difícil de sobrellevar a largo plazo y perderíamos oportunidades que no serían más rentables en el futuro.
¡Construye tu autocontrol para retrasar los placeres!
Es mejor comenzar con objetivos a corto plazo que sepa que darán como resultado algo más que un placer inmediato. Es un entrenamiento para ir adquiriendo hábitos que nos servirán durante más y más tiempo. Nuestra capacidad de retrasar los placeres se fortalecerá como un músculo, no tiene sentido intentar levantar 100 kg el primer día.
Cuanto más practiquemos, más fácil será posponer ciertos placeres. Aprendemos una nueva habilidad con la práctica regular y se vuelve natural con el tiempo.
Visualiza para evitar el placer inmediato.
La visualización es una maravillosa técnica complementaria en muchas situaciones: rendimiento deportivo, adquisición de una nueva habilidad, bienestar, salud… El cerebro reacciona de forma similar ante este que es real y lo que visualizamos/imaginamos/creemos. Cuanto más detallada es la visualización, involucrando los diferentes sentidos (no solo la vista) y complementando con el movimiento, más efectiva es. Esta es la razón por la que vemos a algunos deportistas con los ojos cerrados repitiendo movimientos antes de empezar.
Lo mismo ocurre con un próximo placer. Ver este placer hecho realidad, sentir lo que sucede dentro de ti cuando te des cuenta de tu futuro placer, oler los olores y sentir los sabores, escuchar los ruidos, utilizar todos tus sentidos… Tu cerebro desencadena una serie de reacciones asociadas a tu visualización. Esta técnica te permitirá reenfocarte en lo que es importante para ti proyectándote como si ese placer ya lo hubieras logrado.
¿Quieres saber más?
En un artículo futuro, les revelaré cómo es posible cortocircuitar la noción de placer diferido desde el principio.
Si te gusta leer te recomiendo el excelente libro de Deepak Chopra y Rudolph Tanzi “el fabuloso poder de tu cerebro” lleno de consejos prácticos.